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Sin duda fueron una de las bandas más curiosas que surgieron en Valencia en la década de los ochenta. A siete amigos de colegio hartos de compartir juergas, radioafición y demás borracheras tanto diurnas como nocturnas, se les ocurrió formar un grupo de música con el acentuado hándicap de apenas saber tocar ningún instrumento. Empezaron llamándose Vatikano, más tarde Canal 4 S.L. y finalmente Banda Lateral.
Los protagonistas de la película eran Vicente Ribas “Siroco” (batería y coros), Santiago Torres “Antártico” (teclados), Quique Gimeno “Talgo” (voz y maracas), Nacho Catalán "Momio” (guitarra y coros) Fernando Martí “Berlín” (voz), Pablo García “Buda” (guitarra) y Juanjo Pérez “Ram” (bajo y "berridos").
En un principio todos querían ser la voz principal y ser protagonistas de éste engendro, cosa que en algunos momentos resultaba un tanto molesto, sobre todo para los asistentes a los ensayos que se efectuaban en el Mercado De Abastos y personajes de a pié cuando a éstos se les ocurría vocear en las aceras de la calle. Quizá lo único que tenía éste “grupo” de original era el nombre, ya que una de sus pasiones, como era y es la radioafición, supieron fusionarla con la música. Decir que Banda Lateral (USB-SSB) son unas frecuencias llamadas así expresamente para hacer dx (hablar con radioaficionados especialmente de otros países), y a su vez los susodichos personajes no eran más que una banda que siempre iba de “lado”. Comentar también que los nombres que aparecen entre comillas realmente eran los indicativos los cuales los “músicos” se hacían llamar por las emisoras de 27 Megahercios.
Parece que la historia de Banda Lateral debiera de acabarse con este curioso principio, pero nada más lejos de la realidad, el septeto dio mucho que hablar en Valencia sobre todo a raíz de una única actuación ofrecida en el Auditórium Pacha de Valencia en junio de 1985. Gracias a un amigo del hermano del guitarra “Buda”, el cual estaba involucrado en la sección de programación de conciertos y demás eventos, lograron colarse en la final de un concurso para grupos noveles que organizaba la citada sala Pachá, sin haber escuchado su maqueta y haciéndose hueco entre más de 200 grupos que habían presentado su grabación en formato cassette.
Como anécdota decir que el día del concierto había que estar en la sala aproximadamente a las seis de la tarde para ensayar y sonorizar, pero el grupo, ajeno a todo eso de perderse la merienda, apareció cerca de las nueve de la noche, llevándose la correspondiente reprimenda de encargados, gerentes y algún que otro técnico de sonido que esperaba acabar la sonorización e irse a cenar. Además, el grupo que realmente estaba empezando en esto de la música, sólo apareció con una guitarra para siete tíos en dicho local, agudizando todavía más el cabreo de los responsables de la sala, haciendo aspavientos y gritando a viva voz “Donde están los instrumentos”, “Donde están los instrumentos”. Menos mal que la batería para este concurso la ponía el mismo Auditórium Pachá.
Cuando un mes antes, Banda Lateral se enteró que habían sido “seleccionados” para tocar en el templo de conciertos por entonces de Valencia, llamado Auditórium Pachá, nadie lo festejó de una manera más vibrante que otro, con solo un “guay” y unos cuantos “de puta madre” se cerró aquella pequeña Buena Nueva, aunque por dentro de la cabeza de cada uno de los componentes del septeto se podría leer aquello de “Donde nos hemos metido”. De hecho, realmente nadie fue consciente de la historia hasta que estaban en el mismo escenario en el momento del ensayo y discutiendo en corro de quien debía de tocar la guitarra, quien la batería y quien pondría la voz principal, mientras que “Buda”, que se había hecho hábilmente con la guitarra, tubo que pedir ayuda para averiguar donde se enchufaba ése artefacto sonoro y alargado.
El ensayo acabó en un plis plas, ya que no había mucho que afinar, únicamente las voces por decir algo, ya que la guitarra era mejor dejarla como estaba, sin desafinarla más, y la batería no había que darle muy fuerte, no sea que se rompiera, ya que no era propia. Durante los cinco minutos que duró aquel "inacabable" ensayo, una señora de la limpieza que, tras escuchar los primeros cánticos regionales de la banda, dejó sus menesteres, se sentó allá por el anfiteatro de la sala, sacó un pañuelo, y empezó a reír a carcajada limpia mientras se secaba las lágrimas. Aquella escena fue impagable, sobre todo cuando se contagió la risa a demás curiosos que trabajaban por la sala.
Una vez en los camerinos, mientras músicos de otras bandas se ponían de punto en blanco para la ocasión, el grupo decidió que la mejor oferta para acarrear lo que se les venía encima era irse a beber unas cervecillas a los pubs de fuera de Pachá, y así olvidarse de ello hasta que empezara el espectáculo y les tocara su turno. Así que salieron con la funda de la guitarra, evidentemente para que volviera llena de "litronas" al camerino, y mientras tanto discutían que excusa poner para no salir a aquel escenario en quinto lugar, que es el que les correspondía de un total de doce.
Llegó el momento. Un par de minutos antes de que fuéran presentados por el maestro de ceremonias, un tal Miguel Ángel Pastor, conocido crítico musical de la época por aquellos lares, intentaron convencer a éste para que suspendiera nuestra actuación diciéndole que no teníamos ni idea de tocar, que nos habíamos colado, que quienes éramos, que nos han robado los instrumentos, que donde estaba Burgos, etc... etc..., pero no coló, no se creyó nada, y encima alentó al público que casi llenaba la sala a que no se perdieran nuestra actuación, que por nuestra juventud y carácter podría ser de lo mejor de la noche.
Altivamente, y con unos nervios que nos corroían por dentro salimos finalmente al escenario, había mucha expectación para vernos, sobre todo gracias a Miguel Ángel Pastor y al raudo ensayo un par de horas antes. Entre tanto, al bajista (sin bajo) “Ram”, no les costó mucho convencerle de que era mejor que no saliera al ruedo y se encargara de hacer las oportunas fotos mientras se materializaba el desastre, además tal patético espectáculo había que tenerlo inmortalizado con unas fotografías para la posteridad.
Como a todos los grupos finalistas del certamen, les correspondían dos temas, y nosotros empezamos con uno que se llamaba “Cinco Lobitos (Versión Manopla)”, que en realidad no era más que la tradicional canción infantil, eso sí, de una manera muy "Sui Generis" y en su versión "manopla". Tras unos 45 segundos de guitarra chirriante, “Buda”, batería aporreada a destajo, “Siroco”, y voces múltiples realmente desafortunadas “Antártico”, “Berlín”, “Talgo” y “Momio”, la organización cortó la canción y salió el presentador al escenario atónito sin saber que decir mientras la sala al completo era toda una carcajada. Ahora sí que ése tal Miguel Ángel Pastor sabía que hablában en serio segundos antes de salir a escena. Antes de comenzar con el segundo tema, Miguel Ángel Pastor less hizo unas cuantas preguntas, a las cuales le contestarons sendas barbaridades, y dirigiéndose a los asistentes les comunicó que si estában allí era por méritos propios y porqué se lo merecían.
Finalmente se dio el visto bueno y tocaron su correspondiente segundo tema, titulado 'Mare Dels Desamparats', otra canción popular valenciana y en valenciano, aunque Banda Lateral le puso un toque bastante punk. Como ya sabían lo que iba a pasar, y los nervios y el mal trago ya lo habían dejado atrás, decidieron animar al público antes de que rodaran cabezas en la organización, y muy al estilo Miguel Ríos o Freddy Mercury. Los asistentes coreaban las canciones y aplaudían a rabiar, no queriendo que abandonáramos el escenario sin cantar de nuevo. Este segundo tema no lo cortaron hasta después de haber traspasado el primer minuto. Todo un record, pero no hubo una tercera canción, no estában preparados para ello.
Como curiosidad decir que NO quedaron los últimos, en el anonimato quedaron aquellas personas del jurado que les votaron y nunca quisieron dar la cara, un aplauso para ellos. Ganaron un grupo llamado Natura Color, que nunca más se supo de ellos, y ni siquiera les plastificaron un prometido vinilo para los vencedores de aquel certamen. Y encima hacían jazz-fusion instrumental.
En cambio, Banda Lateral, fueron el objeto de comentarios, artículos en periódicos, debates en emisoras de radio, durante varios meses. Hubo gente incluso, que les defendió a muerte, como Radio Color, que retransmitió el concierto en directo, o el semanal Trajín, que únicamente habló de ellos y del grupo ganador, pero en cambio, otros como el periódico Las Provincias les tildó de desvergonzados y rebeldía juvenil. Entre tanto, alguna otra banda había plagiado el tipo de actuación intentado hacer lo mismo en otros escenarios, sin obtener la misma repercusión. Banda Lateral, además de crear confusión durante unos meses, logró el poder entrar gratis durante una buena temporada al Auditórium Pachá tanto en sus sesiones de conciertos como vespertinas, sólo había que decir al seguridad de la puerta que éran los de los cinco lobitos, y tras unos momentos de sonrisas por igual, la puerta se abría automáticamente.
Meses después, pasado ya el terremoto por Valencia, compraron instrumentos, los que figuran al principio de la biografía, y aprendieron a tocarlos. A partir de ese momento deciden crear un buen puñado de canciones, siempre con ése toque humorístico y cachondo que less había proporcionado la popularidad por unos meses. El repertorio ofrecía más de cincuenta temas, en los que se podía escuchar tanto un charlestón-pop, 'La Canción De Vicente', un funky-pop, 'Canovas, unas punk-pop, 'Somos Los Exploradores', 'La Casa De La Pradera' o 'Monjas De Clausura', un rock-pop 'Gorda’s Club', unas baladas-pop 'S.E.M.I.O.' o 'Pasamos Horribles Días En El Parque', o simplemente pop 'Golpes Secos En La Oscuridad', 'Buñuelio', 'El Cementerium De Aquí', 'Recreativos Culón', 'Galerías Preciados' o 'Eclipse'. Todo con la marca Pop, daba igual el resto de la etiqueta.
Cuando a mediados de 1986, la mili pasao factura a la mayoría de sus componentes, pusieron punto y final al invento, dejando paso a otros que se tomaran más en serio esto de la música, y pudieran compaginar el sonido con las chicas sin grandes altibajos, tarea harto difícil para Banda Lateral.
A finales de 1987 y cuando el grupo estaba más que desecho, coinciden todos en que se dejaron una cosa por hacer en los tres años que duro Banda Lateral, y era grabar un vinilo, así que, después de unos contactos y varios miles de pesetas de cada uno, se auto-produjeron un Ep de sólo 100 copias, regalándoselas a algunos amigos y a muchos enemigos. Los temas que incluyeron fueron las dos canciones que les hicieron medio populares por unos meses, más 'Golpes Secos En La Oscuridad' y un instrumental compuesto en las postrimerías de la banda llamado 'Trip To Kenya'. Este si que fue el final definitivo del septeto, ningún componente del grupo se atrevió a probar suerte en otras bandas, a excepción de Vicente Ribas, que fue el cantante durante un año en una formación denominada Nobleza Obliga, sin repercusión alguna pero bastante más seria.
En 2021, Vicente Ribas regenta el Imágenes Club, una sala que ofrece conciertos y cuyo nombre lo adopta de la mítica canción del grupo Glamour, 'Imágenes'. El gesto va más allá y crea el sello Imágenes Records, con el que publica un doble CD recopilatorio en homenaje al grupo Vídeo que además sirve para recordar a su cantante, Pepa Villalba, fallecida en 2017. Numerosas bandas y artistas valencianos y de fuera de la Comunidad se unen al proyecto. Banda Lateral no se queda atrás y aporta el tema 'Déjate pegar', lo que constituye su granito de arena con caracter oficial casi 40 años después.
Redacción Nuevaola80. Vicente Ribas/Pedro J. Pérez.
(Aportaciones: Canal Youtube Nuevaola80)
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