Obras Públikas

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Foto: blogs.larioja.com

La culpa fue de Ronald Reagan. El presidente de Estados Unidos anunciaba en 1985 un viaje a España, y a alguien en el bar Tifus se le ocurrió formar un grupo del rock para darle una bienvenida a la altura del personaje. El mítico local de la calle Santiago, en Logroño, estaba regentado entonces por Jota Echagoyen y su hermano Cruz, y entre su clientela más fiel había una gavilla de noctámbulos y artistas diletantes.

No fue difícil convencer a un puñado de ellos para parir el que, con el tiempo, se ha convertido en uno de los grupos más determinantes de la escena riojana: Obras Públikas. Una banda cuyo principal legado fue un único disco que dejaron para la posteridad.

El Espolón, 4 de mayo de 1985. Ahí y entonces celebraron su primer bolo en un escenario al que asomó la formación original: Jota y Piru como cantantes, Nacho Colis a la batería, Emilio Laseca tocando el bajo, Mikel Ateca a la guitarra y José Ignacio Foronda (alias Poty) a la otra guitarra. Los primeros temas que sonaron fueron 'Etiopía' y el “hit” que incitó la banda, 'Reagan hijo puta'. Como cualquier concierto punk que se precie la actuación fue un desastre, lo cual no sólo impidió sino que incentivó repetir al día siguiente y por sorpresa en el propio Tifus. Algo cambió en Logroño a partir de entonces.

Aquel verano del 85, el Ayuntamiento transformó el Morrorock, el encuentro periódico de bandas locales, en concurso. Obras Públikas se rehizo con el fichaje de Miguel Ángel Simón a la guitarra solista -Mikel volvió a Arnedo y montó Miembros Activos- y de Ruper Gil al saxo. El grupo dejó arrumbado el punk que entonces sobrevolaba en el ambiente y hasta incrustó la ‘k’ en su nombre, y lograron ganar el premio consistente en un concierto en la plaza del consistorio durante las fiestas de San Mateo junto a la grabación de un single. El paso previo a la celebración de más de 60 actuaciones por todo el norte de España y la edición del disco con el que han ingresaron en la memoria colectiva.

Ninguno tenía inicialmente en la cabeza meterse en un estudio. Sin embargo, alguien puso el dinero suficiente y la discográfica Soñua entreabrió las puertas a una propuesta fresca, vital y acorde a las ‘movidas’ que se cocían más allá de Madrid. La cita fue en los estudios Tsumani de San Sebastián, hasta donde la banda llevó todo el material que tenía acumulado. Horas y horas de trabajo que finalmente dieron forma a un Mini-Lp de siete canciones, ya que las otras tres previstas para completar el álbum no acabaron de sonar como pretendían. Esa fue una de las razones por las que el vinilo tampoco fue bautizado. Es, simplemente, el de Obras Públikas, el de la carátula azul, el disco del casco.

En sus surcos han quedado 'Son las ches', 'Nuestra encomiable labor social', 'El que no corre vuela', 'Me dio una gran satisfacción', 'No metas a la tabla en eso', '(Es chemenda, es terrible esta sequía en) Etiopía' y, especialmente, 'Logroño Ciudad', un canto a la falta de expectativas juveniles en una capital de provincias con letra de Poty Foronda que les abrió incluso las puertas de TVE y aparecer en el programa ‘A tope’, que presentaba José Luis Fradejas. Foronda lo recuerda con viveza. “Nos metieron en el mismo plató donde se realizaba el ‘Un, dos, tres. Mientras tocábamos veíamos todo el atrezzo del programa, la Ruperta, el set de los tacañones… Al acabar, la voz del regidor nos anunció desde algún rincón que la toma no estaba mal pero que mejor la repetíamos. Alguien de nosotros dijo que vale, pero que guardaran la primera para llevárnosla a casa y poder usarla nosotros”.

No fue la única vez que Obras Públikas pisó la capital. También pasaron por locales legendarios como La Gruta o Elígeme, que entonces regentaba Joaquín Sabina, desplegando un estilo absolutamente propio. “Nuestra única obsesión consistía en que nada sonara a jazz ni heavy, que cada canción fuera distinta y que si nos inspiraban Frank Zappa o los Talking Heads, mejor”, reconoce Poty. El grupo no sólo no renegaba de su origen, sino que en sus letras contaban que "Mimí, Fifí y Yuyú viven en la Gran Vía, que las chicas se han comprado un chalé cerca del San Lorenzo, que Coscullela merienda mortadela".

Precisamente el tema con letra de Alberto Vidal que incluía la referencia al entonces ministro de Obras Públicas (sin K) fue uno de los que más repercusión concedió a Obras Públikas (con K) y les facilitó sonar en los 40 Principales. La oportunidad de hacer una presentación oficial en la discoteca Avenida de Logroño que contó con la presencia del mismísimo protagonista quien, por unas horas, cambió la americana por la chupa. “En aquella época, más que estilos había movidas”, reflexiona Poty desde la distancia de los años. “Estaba la de Vigo, la de Madrid, la del País Vasco... Nosotros queríamos representar a la de Logroño y abrir puertas a toda nuestra generación”.

Cuando todo parecía encarrilado para alcanzar cotas más altas, problemas internos en Soñua desbarataron el recorrido del disco. La compañía se dividió entre Oihuka y Nola, con quien finalmente salió el disco a principios de 1987, casi un año después de grabarse. Entre tanto surgieron en la escena bandas como 21 Japonesas por las que Nola apostó en detrimento de Obras Públikas y el globo se deshinchó. Lentamente. Casi sin darse cuenta. “Alguien dijo un día que quizás deberíamos trasladarnos definitivamente a Madrid para hacer algo más”, apunta Poty. “No dimos el paso y nos quedamos en Logroño”. En Logroño ciudad, precisamente.

Posteriormente, Nacho Colís formó parte de Mar otra vez, junto a Javier Corcobado.



Redacción NO80s
(Aportaciones: larioja.com, Reyes Arévalo, Angel M., Canal Youtube Nómada Rojo)